Quiero ser recordada...

Wet and Rusting, Menomena

Si llegara la muerte por mí, le diría que me esperara unos cuatro años...

Publicaría mis poemas, terminaría mi novela, leería mucha filosofía, taoismo y libros del Osho. Me haría agnóstica. Daría una ponencia en UTEP. Grabaría en estudio con las Menstrual Power. Me agarraría a verdaderos madrazos hasta terminar con los ojos morados. Pasaría la noche en la Quinta Gameros. Acamparía en Creel y en la playa. Me aventaría del bungie. Me acostaría entre tarántulas. Me tatuaría “Kenton” en la nalga. Me pintaría el cabello güero, todo azul, todo morado, todo naranja, todo rosa y luego otra vez todo negro.

Quisiera ser la señora de White, que se me permitiera ser madre y antes, junto con Kenton probaría el peyote, el yahé, los grillos adobados del sur, la real comida china de China, también haríamos el recorrido de Rayuela viviendo unos meses en París y visitaríamos a Jodorowsky en el café Le Téméraire del Boulevard Daumesnil. Trabajaría unos meses en Disney (Orlando) para conocer gente de todo el mundo e irme a un crucero por las Bahamas. Con el dinero ahorrado quisiera conocer a mi amigo de Marruecos, visitar a Camila (Bogotá), a Martín (Viena) y a Rita (Barcelona). Me compraría una bolsa Chanel y aceptaría la invitación de Tony a a Tokyo.

Haría una última pijamada con mis amigas del México que no veo desde secundaria (Noemí, Blanca, Alma, Marta, Laura, Andrea, Marlene y Jazmín) y a Poncho por fin le confesaría que morí por él un año entero. Iría al Coachella o al Lollapalooza con Ricardo Ríos y con Pita, y al Ozzfest con Rebeca. Tomaría mate con Chuy y veríamos el cielo desde un telescopio. Iría a un fashion week con Susi, Fátima, Gaby y Mel. Vería películas y comería pizza con Daniela y Payo. Les confesaría cuánto y porqué los admiro a Yoca, Pili, Buba, Gaby, Ofe y Erika Mena. Les mandaría unas cartas de amor a un tal Juan y un tal Ramón. Le regalaría muchos juguetes a Erik el hijo de Erika. Me la llevaría a ella, a Bekka, César, Ivan, Sarahí, Yasub, Yoca, Pili, Maham, Laurita, Dani, Samy, Toto, Aleita, Buba, Susi, Chuy, Pedro y Payín unas semanas a Tampico.

Volvería a vivir con mi familia un par de años y ayudaría en la cocina junto con todas las tías a hacer la cena de navidad. Iría por mi hermanito a la escuela a diario y estaría mucho tiempo con mi mami. Leería todos los libros que papá me ha dado y pasaría unos meses platicándolos con él. Viviría un semestre con Yoquita en el D.F. y estudiaría un diplomado de psicología en la UNAM, partyseando a madre con Quick, Luis y Ofe. Saldría a paseos culturales con mi tío Raul. Con mis actuales compas (Susi, Mariana, Lily, Chuy, Ángel, Pedro) me gustaría viajar al Cervantino. Con las de la infancia (Mariana, Melissa, Mirna, Gaby y Ale) a Real de Catorce y a Nueva York. Con mis primas y mi hermana a Canadá y a Cancún una Semana Santa.

Tejería mi propia mortaja, donaría todos mis órganos menos mi jodido hígado y por fin esperaría mi cita con la muerte, agarrada de la mano de Kent y dejando en claro que mi ataúd sea de vidrio, que me cremen en mi vestido vintage negro con crinolina, el cinturón rojo de Jessica y los zapatos usados que compré en un bazar -para irme acompañada de la esencia de alguna desconocida-, en mi funeral que toquen Girl and the Sea y pongan mis cenizas junto con la frase de Macín: "La vida es un sueño sin epílogo", en una botella que será lanzada por mi novio-esposo en el malecón de la playa de Cd. Madero.