jueves, 29 de diciembre de 2016

Rimboud y Bolaño.

En la novela Los Detectives Salvajes, Roberto Bolaño en boca de Ulises Lima comparte el poema "Le Cour Volé" ("El corazón robado") de Arthur Rimbaud y menciona el dato curioso de que l'enfant terrible lo escribió a raíz de un evento en su vida: cuando regresó a Charleville con la idea de unirse a la Comuna de París, se topa en el camino con un grupo de soldados prusianos que lo violan.

Ulises Lima (el personaje de Bolaño) dice que algunos de estos soldados prusianos eran veteranos de la guerra francesa en México (es decir, habían peleado en México antes de violar al joven poeta) y que el Caporal mencionado en el poema de Rimbaud, había sido enviado a Santa Teresa en Sonora y, caminando cerca de Villaviciosa (la ciudad ficticia de Bolaño), un grupo de mexicanos lo tomaron preso a él y su tropa, los torturaron y sodomizaron, siendo el caporal el único que logró escapar.

El hecho de que este Caporal haya sido más tarde uno de los violadores que marcarían para siempre a Rimbaud, creo que es una fantasía de Bolaño para poder relacionar al poeta francés con México, con la violencia mexicana, pero no sólo eso, sino que, según se inquiere de la historia que cuenta Ulises Lima, de no haber sido por los mexicanos que violaron al Caporal, probablemente el Caporal no hubiera guardado ese resentimiento, ni sentido el impulso de cometer aquellos actos bestiales, no hubiera abusado de Rimbaud y quizá Rimbaud no hubiera sido el genio, el loco que fue.

lunes, 19 de diciembre de 2016

El viajero del tiempo hipster.

Una fotografía que forma parte de una exposición llamada "Aquí sus vidas pasadas", en el museo virtual Bralorne Pioneer de British Columbia en Canadá, muestra la ceremonia de apertura de un puente en los años cuarenta. ¿Notan algo curioso en la imagen? ¡Hay un hipster de nuestra época!, con lentes modernos, camisa estampada, suéter vintage e incluso una cámara compacta y portable, de las que no existían en ese tiempo.

La fotografía estuvo meses colgada en el museo, hasta que un día llamó la atención este hombre que no encaja con el resto de los asistentes a la inaguración del puente, y se corrió el rumor de que podía tratarse de un viajero del tiempo quien llegó desde nuestras épocas (o un futuro cercano al nuestro) al Noviembre de 1940 y le tocó presenciar la histórica apertura del puente.


Mientras los fanáticos de la ciencia ficción deciden creer ciegamente, a la imagen se le ha acusado de espuria, por ello le hicieron pruebas y se comprobó que no está manipulada, ni reimpresa, incluso el mismo hombre aparece en otra foto de ese día.

La teoría de los incrédulos es que el hombre no es de otra época, simplemente es alguien extravagante de los años cuarenta, yo me lo imagino como un reportero enviado por un periódico de la gran ciudad, a cubrir la nota a aquél pequeño poblado de Canadá. Recordemos aquella escena de la película SLC Punk, donde unos punks de los ochentas van a un pueblito vecino (retrasado unos diez años) para comprar cerveza sin identificación, el tendero y su esposa se muestran aterrados al ver a los jóvenes con aquel look desconocido para ellos y le preguntan al de cabello azul: "¿Qué eres?". ¿Extraterrestre, demonio, portador de una extraña enfermedad? No. Es simplemente un punk. Así quizá quienes rodean al hombre en la foto piensan que parece loco con su cabello despeinado y sus lentes extraños.

Además, los hipsters de hoy buscan lograr esos looks de épocas pasadas, por eso nuestro entendimiento nos remite a un viajero del tiempo hipster. Si la fotografía mostrara a un hombre con gorra Nike y lentes Ray-Ban, entonces quizá la ciencia sí estaría ante un dilema. Pero el look de nuestro "hipster time traveler" se explica de la siguiente manera: lentes extraños eran comunes en esa época (arriba la foto de la película Doble Identidad, 1944); la camisa estampada puede tratarse más bien de un sueter de colegio también muy a la usanza de los 40s, y la cámara podría ser uno de los primeros modelos compactos como la Kodak Folding Pocket. Debido a la perspectiva de la toma estos detalles se ven contemporáneos: la cámara se ve más pequeña, el sueter que tapa el estampado hace que se vea como una camisa de serigrafía, etc.

Para mí el caso está cerrado, pero me gustó la nota para compartir, ya sea que el niño dentro de ustedes decida creer que es un crononauta, o el adulto realista se obstine a pensar en que es una bobería.

miércoles, 8 de junio de 2016

Nuevo ítem en mi curriculum: "domadora de adolescentes"

Este texto es un homenaje a mis amigos maestros,
a quienes admiro y respeto 
por el tiempo que invierten en tan noble causa.


Hace unos meses entré a trabajar a una preparatoria "charter" en uno de los barrios bajos de la ciudad. Me contrataron a medio año escolar para hacerme cargo de cinco grupos de primero de prepa (unos 140 estudiantes), cuya maestra anterior no los había guiado propiamente ni les había enseñado gran cosa. Así que los chicos estaban no sólo retrasados en el currículo, sino que no tenían estructura como salón de clases, entre ellos había un ambiente tóxico y no estaban acostumbrados a la disciplina ni a aprender. 

Me costó mucho sacarlos adelante. No se respetaban entre ellos ni me respetaban a mí, veían el español con desprecio. Cambiar estas conductas y percepciones culturales son un trabajo que requiere de años: yo sólo tenía ahí unos días. Las primeras semanas llegaba a mi casa a llorar toda la noche. Trabajaba de nueve a quince horas diarias, más los fines de semana que era cuando me dedicaba a calificar y preparar, cuidadosamente, clases que los inspiraran. 

Pasaba mi tiempo libre leyendo sobre educación, disciplina y métodos de enseñanza, tenía sueños recurrentes con los alumnos y con mi propio pasado preparatoriano. Las pocas veces que salía a la calle, veía gente con rasgos o estilos de vestir parecidos a los de mis compañeros de trabajo e inmediatamente creía que eran ellos.

Varias veces estuve a punto de renunciar: ya el doctor me había recetado pastillas para la ansiedad, tenía gastritis y una laringitis que me arrancó la voz de tanto malgastarla. No me di por vencida pues pensaba en la maestra que ya había renunciado a esos alumnos, y el hecho de que otra vez alguien renunciara a ellos no iba a ayudarles en sus auto-estimas, especialmente con lo difícil que es ser adolescente en estas épocas. Así que seguí, con todas las ganas, mostrando siempre la sonrisa, tratando de ser positiva y de que vieran en mí un modelo a seguir, pues a muchos de esos muchachos los únicos adultos que les hacen caso son los profesores.

Ayer fue el último día de clases y de mi grupo más problemático, unos diez estudiantes se acercaron a darme un abrazo. Los niños que al principio me odiaban ahora me saludan en los pasillos, unos me vienen a buscar al salón para cotorrear conmigo u oír música, y una niña me escribió una carta (hasta la tradujo con Google al español, awwe) en la que dice: 

usted es muy valiente por venir en medio del año, no somos los mejores estudiantes pero tratamos. Estoy muy orgullosa de tener una maestra tan valiente, tan agradable y tan responsable. Le deseo lo mejor porque es una heroína que nunca se da por vencida con nadie, no importa qué. Usted es mejor que nuestra última maestra y no ha renunciado a nosotros todavía. Espero regrese el próximo año ya que será un nuevo comienzo y una nueva oportunidad para los estudiantes nuevos". 
No voy a regresar el año que entra, aunque a estas alturas ya considero esa escuela como mi segundo hogar: los compañeros de trabajo (maestros, consejeros, directoras, subdirectores, prefectos) son increíbles y la administración apoya mucho a maestros y alumnos. Extrañaré a mis niños, quienes definitivamente me dieron una gran lección de vida, pero por el momento mi lugar está en otra parte.



miércoles, 13 de enero de 2016

La contoversia entre "bato" y "vato".

"Vato" es un término que ha llamado mi atención desde hace tiempo, ya que lo utilizo en algunas de mis narraciones por replicar el lenguaje coloquial (iba a agregar "del norte de México", pero la verdad es que su uso se ha extendido a la capital del país y supongo que en otras ciudades urbanizadas del centro y sur también se utiliza).
La mayoría de mis amigos son norteños como yo. Aproveché este hecho para hacer, hace algunos años, un sondeo en mis redes sociales sobre cómo piensan ellos que se escribe la palabra, "bato" con "b" o "vato" con "v". La disputa quedó muy reñida, casi en 50/50.

Yo di mi voto a la "v", ya que si uno transita por las calles urbanas del país, encontrará en muchas paredes, escrita con graffiti, la insignia de los vatos locos, pandilla que en muchas ciudades ya ni siquiera funciona como pandilla, sino simplemente como un nombre que grupos aislados de adolescentes adoptan para denominarse y que, al pasar la pubertad olvidan. Pero el graffiti queda grabado muchos años después de que estos chicos crecen y siguen sus vidas. Lo que ha permitido la supervivencia del término.

En donde sí existen con fuerza estas pandillas es en las zonas marginales de los Estados Unidos e incluso de Canadá y algunas ciudades de Europa, siendo originaria de Florida. En estas zonas la agrupación sí cuenta con los elementos propios de un "gang": sentido de hermandad entre sus miembros, rivalidad con otras pandillas, y hasta la elección de una señal con los dedos que gráficamente muestra una "V" y una "L".
En cuanto al término "vato", el Wikicionario lo inscribe también con "v", añadiendo que proviene del caló mexicano. El caló es entendido como una serie de sistemas que "los grupos delincuenciales de México han creado para identificarse, conocerse y comunicarse con facilidad. Para este fin, crearon una jerga lingüística derivada del español, con aportes de varias lenguas e interpretaciones particulares de palabras. Este sistema es utilizado para comunicarse y mantener lejos de su grupo a personas ajenas o indeseables, por ejemplo a miembros de la policía.”
Por otro lado, he visto la palabra "bato" (con "b") en algunas piezas de la literatura mexicana contemporánea que reproducen el habla callejero. Un ejemplo es el libro Cocaína, manual de usuario del narrador Julián Herbert. En una referencia más arcaica, la palabra"bato" aparece en la Biblia para denominar una medida de volumen que calcula los líquidos (como nuestro actual "litro"). También forma parte de la mitología griega, siendo mencionado "Bato" por el autor latino Ovidio como 1) un personaje tartamudo y como 2) un viejo pastor. Por último, existieron varios emperadores con ese nombre, como Bato I de Ciernes y su sucesor Bato II de Ciernes.
Tras leer a Herbert y a Yuri Herrera, y ver validado el término por fuentes históricas, hubo un rato en que yo empecé a escribir "bato", confiando en la sabiduría de los escritores jóvenes de nuestro país. Pero finalmente volví a la "v" y corregí todos mis textos en los que previamente había cambiado la "v" por la "b", para volver al uso de "vato", ya que me parece que así como se utiliza en la calle es como debe llegar a la Academia y no viceversa, siguiendo preceptos como el de Raúl Ávila, quien en La Lengua y los Hablantes asegura que un lenguaje es creado por los usuarios de esa lengua, y es mediante el uso y la transmisión de las palabras que éstas perviven a lo largo del tiempo, más allá de si están inscritas en algún archivo oficial de resguardo lingüístico, como en español vendría siendo el Diccionario de la Real Academia Española.

 
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