Cuando iba a suceder algo -cosas trascendentales o en veces cualquier lluvia-, me encontraba con un hombre que me lo anunciaba, era casi anciano y con sombrero, vestía de negro y lo sabía todo de mí, incluso lo que yo nunca le he dicho a nadie.
En una ocasión sentí la presencia de una figura oscura y pequeña, una presencia que había sentido antes. Esta vez quise asirla con mis manos, casi segura de que terminaría palmoteando al aire como una loca. Pero no pasó así. Me hallé abrazando un muñeco de plástico, de esos inflables. Era como una simple silueta negra de formas abultadas, sin cara, sin cabello y sin la separación de los dedos. Algo me dijo que aquél extraño evento tenía relación con el hombre que lo sabía todo de mí. Comencé a buscarlo en lugares llenos de gente, alguna tienda o un cruce peatonal... logré concentrarme, corrí rápido, rápido, hasta que pude flotar sin que la gente me viera, avanzaba entre ellos cada vez más rápido, rápido, hasta alcanzar la velocidad de la luz.
Durante el viaje, en un lugar inmaterial me encontré frente a aquél hombre, me habló de la espiritualidad en una especie de lenguaje telepático, me indicó un lugar al que tenía que ir... seguí sus instrucciones y concluí en una pequeña habitación con cinco personas más, algún lugar indefinido del universo donde se me reveló que tanto ellos como yo habíamos sido alumnos del maestro. Los seis habíamos superado la prueba final.
1 opiniones:
jajaja, vaya dream dreaming, quien se lo hubiera imaginado drink drinking, genial, y le falto y el agua, pues que signo es? fume más... besitos
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