El sábado pasado se me hizo tarde para la clase de yoga que dan en las oficinas del complejo de departamentos donde vivo. Ya que era sábado y había llegado cuatro minutos después de la hora acordada, encontré el edificio cerrado y no logré entrar a la clase. Como ya no iba a poder hacer yoga decidí conducir al parque para darle unas vueltas corriendo. Luego de correr volví a mi auto y me di cuenta que había dejado las llaves adentro. Mi esposo (quien llegó a mi rescate) y yo pasamos toda la mañana bajo el sol tratando de abrirlo, después esperando al cerrajero que además de cobrar carísimo, tardó años en aparecer. Al fin, hambrientos y acalorados llegamos a casa. Me desvestí, quedándome en panties y bra. Pedimos comida a domicilio. Como no había hecho yoga en la mañana decidí hacer un flow de veinte minutos en la sala mientras llegaba la comida. Para mi mala suerte había dejado la puerta sin candado y el repartidor chinito, que apenas hablaba inglés, abrió sin tocar (¿así se acostumbrará en su país?). Me encontró en el suelo, semi-desnuda y haciendo "la postura del pescado". Inmediatamente cerró la puerta. Mi esposo salió a mi rescate otra vez y pagó la comida, el chinito ni quiso aceptar la propina de lo avergonzado que estaba. Total... todo eso me sucedió por haber llegado cuatro minutos tarde a la clase de yoga. Recapitulando, me dijo mi esposo en tono sarcástico: "de seguro fue culpa del eclipse". "Tienes razón", le contesté completamente convencida de que así era.