lunes, 1 de octubre de 2012

Ridiculización de los "outsiders" en las películas de Hollywood (y la inversión de valores en el cine indie).

Me encontraba viendo otra de las novedades de Hollywood, una comedia romántica titulada Eternamente Comprometidos (“5 Years Engagement”), que trata el tema de la vida moderna clase media, el desplazamiento geográfico que las mujeres y hombres tienen que emprender para crecer profesionalmente, cambiándose de una ciudad a otra buscando el trabajo ideal, y los problemas para mantener una relación de pareja estable con tantas diferencias en los estilos de vida de hoy.Y es que ahora hay profesiones para elegir.
Últimamente surgen películas cuyos personajes principales son escritores, chefs, hombres de negocios, periodistas, psicólogos, profesores, programadores, corredores de bolsa, vaya, existe una que se desarrolla en un Wal-Mart y describe los tipos de todo el personal: el jefe petulante, la mujer sensual y estúpida, el perdedor, todos rebajados al nivel de subnormales. Así se denota, al menos desde la mirada hollywoodense, todas las obsesiones, pasiones y especializaciones que, en este mundo sobrepoblado, nos hacen especiales a cada uno de nosotros.
Pero volviendo a la película en cuestión, aunque la premisa suena bien, está pésimamente desarrollada: hay huecos en la trama, incongruencias, escenas de más, irrealidad en un filme aparentemente realista... Y siguiendo la línea de los arquetipos de Hollywood, como el de la niña popular en las teen movies o el súper hombre que no recibe ni un rasguño en las películas de acción, aquí vemos al hombre de la gran ciudad exagerado en su refinamiento, moderno, con metas profesionales, en contra del hombre de ciudad pequeña, un ser salvaje, dedicado al hogar y con pasatiempos atroces como la caza.
En películas así, aparecen siempre figuras delimitadas por una caricaturización que a veces es más severa que otras, dependiendo del juicio del director, quien a veces se mofa de sí mismo y de las personas llenas de prejuicios que pueden entender sus películas literalmente y sin ninguna ironía.
Quizá esto no lo comprenderá el lector que solamente ve cine hollywoodense, pues de hecho lo escribo desde una realidad: la mía, que siempre aparece satirizada hasta sus extremos en esta clase de películas, donde los activistas se exhiben como inconformes híper radicales, las feministas como histéricas intransigentes, los artistas como hippies con ideas metafísicas que suenan a locuras, los intelectuales como pedantes a quienes nadie comprende, los alternativos como freaks idiotas.
No está mal eso que hace Hollywood, ridiculizar la realidad desde su perspectiva para hacernos reír un rato, pero para mí es más divertido ver la otra cara de la moneda, la realidad de ellos vista desde ojos como los míos, como en la película Ghost World, por ejemplo.  
Ghost World ofrece la mirada del espectador promedio que llama “freak” a todo lo que es diferente; pero también contiene la mirada de los “freaks” en sí, quienes critican una sociedad vacua, conformista, masiva, y al hacerlo terminan ridiculizándola. Así películas como The Dreamers, SLC Punk, Doom Generation, Empire Records, entre otras que quien reconozca y haya visto, entenderá cómo la inversión de valores hace frente a una sociedad que desde Hollywood es percibida como “normal”.
No creo que ninguna de las miradas sea errónea, ya que ambas lo que buscan es el entretenimiento y, para estos fines, los retratos de la realidad no deben ser necesariamente fieles. Pero mi apuesta es más a un cine realista proyectado por artistas, en todo el sentido de la palabra artista, que un cine de pan y circo hecho para vender palomitas de maíz.


 
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