Ya que están escuchando la música de mi reproductor (al cual pueden ponerle pausa en cualquier momento aquí a la derecha), he decidido escribir sobre el video musical Midnight City de la banda M83, el cual me hizo reflexionar sobre el papel que jugamos algunas personas de mi generación quienes, hace muchos años en la secundaria, fuimos considerados los freaks e inadaptados de nuestros entornos sociales, demostrando desde entonces una personalidad que se negaba a seguir las normas de la cultura dominante.
Y en eso encuentro mucho parecido con los niños índigo del video de M83. Niños con poderes inimaginables que son reclutados en un centro donde -aprovechando que aún son niños- se les va a moldear para que actúen de la manera que quiere la sociedad, o el gobierno, o quien sea que los tenga ahí.
Esos niños éramos nosotros. En la mayoría de los casos que conozco (de amigos y conocidos), esas personalidades únicas mutaron en una agudeza intelectual y una sensibilidad con respecto a las pasiones que a cada uno nos han movido desde siempre: los melómanos siguieron la vertiente de la música independiente, otros se internaron en las novedades del diseño gráfico o el arte, los menos en la literatura, el anime, el cine, el teatro, las ciencias sociales e incluso en carreras como Ingenierías, Matemáticas Aplicadas, Psicología, Biología o Medicina, logrando ser exitosos o al menos fieles representantes de sus campos de estudio.
Para este tipo de personas que yo conozco bien -y que sin embargo hoy viven muy lejos de mí-, todo va relacionado a la búsqueda de un entendimiento del mundo por medio de lecturas de hechos históricos, canciones, piezas fílmicas, libros de cómics o de autores que admiramos (ya seans héroes de las artes, de la fantasía o de las ciencias).
De esta admiración y re-lectura de nuestros ídolos, hemos pasado por un proceso liberador que fue de la imitación, a la asimilación, a la apropiación, a la expresión personal, y así muchos de nosotros terminamos haciendo nuestros propios intentos creativos: arte, música, textos, visuales, ropa, videojuegos, formulas. Un mejor entendimiento del mundo.
De esta admiración y re-lectura de nuestros ídolos, hemos pasado por un proceso liberador que fue de la imitación, a la asimilación, a la apropiación, a la expresión personal, y así muchos de nosotros terminamos haciendo nuestros propios intentos creativos: arte, música, textos, visuales, ropa, videojuegos, formulas. Un mejor entendimiento del mundo.
Así que insisto que los niños de Midnight City nos representan, pues también nosotros decidimos salir de esa "escuela" en la que se nos iban a enseñar las reglas de un juego que no deseábamos jugar. Y aunque en algún punto sentimos miedo (como le pasa a los niños en el video de M83 cuando los adultos los persiguen por el bosque), nosotros preferimos ser libres, ir más lejos, probar nuestra fuerza a solas y como lo hace ver mi parte favorita del video (cuando el niño está solo, dando la cara al sol, y de repente su compañera lo toma de la mano): sabemos que no estamos solos en este mundo y que caminamos junto a los demás freaks, si no es en persona, al menos a través de esa "ciudad a la media noche" que es la Internet.