A Kenton
Amo a Elier como amo a mis piernasa mis manos con las que lo toco
a mi cabello que cubre su cara
cuando lo miro desde arriba
igual que la luna nos ve
ejercer ese baile horizontal
en la pista acolchada de la cama
de la alfombra
entre la música que sólo escuchan
los niños autistas y los amantes
nosotros invadidos de ansiedades
de la implosión que nos sucede adentro
extrañando el pudor que desapareció en los años
cuando dejamos de ser adolescentes
poco a poco
como se va la tarde cada tarde
y llega la noche con su negro contagioso
y sus estrellas a las que solíamos viajar
Elier mientras silbábamos melodías
en el lenguaje de los recién enamorados
Elier cómo han crecido mis muslos
cómo se ha coloreado tu pecho
un monte de oscuros jardines
cómo el paso del tiempo nos hiere el cuerpo
Elier pero nos sana la conciencia
nos limpia el amor de cicatrices
nos agiganta como montañas
que formamos tú y yo en nuestro abrazo
amor nos permite observar el mundo
como un botón de flor en la palma de la mano
Yo amo a estas manos como amo al mundo
que me ha permitido probar todas sus cosas
probarte Elier más allá de mis sentidos
más allá de mis agujeros
más allá de mi lengua serpenteante
probarte Elier con el sabor de lo que no sabe
con el suspiro de lo que no huele
con la fuerza de unos dedos que no enganchan nada
con lo de adentro probarte
con lo que sólo abandona mi cerebro
cuando pego mi piel a la tuya
y entonces no sé más de mí
no sé si eres mi esposo o un niño que aún no nace
no sé si estás dentro o afuera
no sé quién está dentro de quién
no sé si poseo un cuerpo
si ocupamos un mismo espacio
me siento liviana
me escucho aplaudiendo mi nombre
soy Elier soy Erika soy nadie
somos nuestro propio Dios