Estoy boquiabierta. Leo en este momento Los mejores poemas mexicanos, edición 2006 de la Editorial Planeta, cuya selección fue hecha por la gran poeta Elsa Cross.
La cosa, compañeros, es que hace un año me leí la Antología de la poesía hispanoamericana actual, compilada por Julio Ortega, y ahí me topé un poema de Blanca Varela que se convirtió en uno de mis favoritos.
Hoy me encuentro con este otro poema en Los mejores poemas mexicanos 2006, de cuyo autor no quiero publicar el nombre, por no quemar a nadie.
Sin más palabras, les pido que lean ambos (el de B. Varela lo pueden leer aquí, se llama Monsieur Monod no sabe cantar) y comparen por ustedes mismos. Tiene, de hecho, ciertas palabras igualitas: eso de "querida", "el cosquilleo filosófico", "las alas que te regalé", "tú por ejemplo" y hasta lo del "Acido Ribonucléico", que Blanca Varela utiliza -lo supongo yo, basándome en su biografía- refiriéndose al hijo que tuvo con el hombre a quien le dedica el poema.
POR EJEMPLO (Autor: L.M.A.)La cosa, compañeros, es que hace un año me leí la Antología de la poesía hispanoamericana actual, compilada por Julio Ortega, y ahí me topé un poema de Blanca Varela que se convirtió en uno de mis favoritos.
Hoy me encuentro con este otro poema en Los mejores poemas mexicanos 2006, de cuyo autor no quiero publicar el nombre, por no quemar a nadie.
Sin más palabras, les pido que lean ambos (el de B. Varela lo pueden leer aquí, se llama Monsieur Monod no sabe cantar) y comparen por ustedes mismos. Tiene, de hecho, ciertas palabras igualitas: eso de "querida", "el cosquilleo filosófico", "las alas que te regalé", "tú por ejemplo" y hasta lo del "Acido Ribonucléico", que Blanca Varela utiliza -lo supongo yo, basándome en su biografía- refiriéndose al hijo que tuvo con el hombre a quien le dedica el poema.
Querida mía
Amo profundamente todo
lo que fluye y se mueve: esa música
difícil de recrear con solamente voz o impecable
memoria el café los cigarros la calle
que es posible mirar desde tu casa un cosquilleo filosófico
cabalgando en la piedra el corazón
azul del horizone los pajaritos
cagándose en el aire esta ciudad
después del aguacero la diligente abeja
mientras zumba el ADN de
tu caligrafía aquella nube siguiéndome
como una niña idiota las alas
que te regalo sin que sospeches la incestuosa renovada
relación entre ciertas palabras Tú
por ejemplo y todo todo
aquello que no me pertenece.