Facebook es como vivir en un vecindario apretado, mal ventilado y con problemas en la cañería. Te enteras de quién es amigo de quién, a quién le va mal en el trabajo y quién acaba de terminar con su novio. Los vendedores de baratijas de puerta en puerta te asedian. Qué estas condiciones de vida sean deseables es un indicador de pobreza. Lo mismo puede decirse del teléfono celular, que hace mucho dejó de ser una marca de clase y se transformó en un instrumento de oficina. Es rico el que puede apagar el celular sin miedo a quedarse sin trabajo. Preferimos usar chats y correos electrónicos para estar en contacto con los amigos porque encontrarse físicamente es mucho más caro, tanto por el tiempo invertido como porque tomarse una copa de vino cuesta. Los escritores que recurren a los blogs para dar a conocer su obra, por supuesto, también son pobres. Los ricos tienen las conexiones para hacerse publicar y en caso necesario pagar la comercialización de su obra en papel, en el mundo real, sin apoyos gubernamentales.
(Paráfrasis de una conferencia que dió Bruce Sterling: http://teoria-del-caos.blogspot.com/)