viernes, 20 de enero de 2017

Trump, escucha, seguimos en la lucha.

Hoy toma la presidencia Donald Trump y para la mayoría de mis conocidos pareciera más un funeral que una celebración. Viviendo en Estados Unidos rodeada de hispanos, veo las caras asustadas de aquellos cuya situación legal es ambivalente, veo la tristeza de mis amigos políticamente activos y la incertidumbre de todos los demás, especialmente de quienes tenemos familia en países como México que serán afectados por las políticas del gobernante republicano.

Pero hay que verlo de esta forma: esto no es solamente el "final feliz" de la campaña de Trump, sino el comienzo de una lucha para todos nosotros, quienes soñamos con la idea de un mundo mejor.

Conectándose con esto, hoy leía una frase de César Aira en la que recuerda sus años durante una de las tantas revoluciones en Argentina y discurre sobre la forma en la que las acciones llevadas a cabo por los activistas de entonces, no tuvieron su premio inmediato, sino hasta muchos años después:

Todo aquel asunto de la Revolución que tanto nos ocupó se basaba, aunque nadie lo dijera, ... en el requisito de que pasaran cien o doscientos años. En el fondo lo sabíamos, las contradicciones no podían resolverse in situ, con nosotros mismos. Estábamos trabajando para el futuro, no para el presente. El presente caía en un hueco.

La neta, en un día tan triste como hoy, esas palabras me dieron esperanza y me recordaron que vale la pena seguir aquí, haciendo lo poco que se puede por cambiar las cosas: informar, manifestar nuestro desacuerdo, educar a las próximas generaciones. Y como dijo Marley, don't give up the fight.

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