viernes, 7 de febrero de 2014

Nunca es tarde para reseñar a Daft Punk.

Sé que es un cliché reseñar a Daft Punk, después de sus discos Homework, Discovery, Human After All y la banda sonora de Tron, creo que ha sido Random Access Memories del que más se ha hablado. Cuando lo tuve en mis manos me prometí no escribir sobre él, pero pasé días oyéndolo sin parar y hoy no puedo evitar compartirles mi viaje.

Algunas canciones tienen la reminiscencia de sus álbumes pasados y otras son muy novedosas, aunque todas guardan relación con obsesiones conocidas del dúo formado por los franceses Guy Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter: lo espacial y robótico, los sampleos, el club dance o Electronic Dance Music (música disco), el detalle en cada efecto sonoro, sus influencias musicales (recordemos aquella rola Teachers del Homework, donde enlistan a decenas de músicos), la fiesta, el baile, lo cool, e incluso el amor, que se trata en muchas de las nuevas canciones (una se llama The Game of Love: "el juego del amor" y suena a Something About Us de su previo disco Discovery. Otra se llama Instant Crush: "enamoramiento instantáneo").

Pero en su generalidad, el álbum es un homenaje a la música de los años setenta, la época del primer electrónico, de los primeros sampleos, los primeros DJ's con sus vinilos, los sintetizadores análogos y la pre-industrialización del mercado musical (poco antes de que MTV se llevara todo al demonio), por lo que resulta una pieza que romantiza esos años y principios de los ochentas, a la vez que rinde tributo a quienes le abrieron paso, musicalmente hablando, a esta que se ha convertido en una de las bandas más importantes de house music (aunque eso del género queda en discusión, sobre todo después de este nuevo álbum). Ritmos house con los elementos setenteros enfatizados ya se oían en canciones como One More Time de disco Discovery o Around the World del Homework, pero en Random Acces Memories llegan a su extremo.

El primer track es, hasta ahora, mi favorita: Give Life Back to Music, una rola club dance que recuerda en algo a su estilo pasado, pero revive a su vez ritmos disco. La letra dice en inglés: "Deja a la música entrar esta noche / Sólo préndele a la música / Deja a la música de tu vida / Dale vida a la música otra vez". Para mí, escuchar a Daft Punk de nuevo, me transporta a antiguas épocas de mi vida (sin duda, ellos tocan "la música de mi vida"), pero además este disco es un viaje en el tiempo mismo: la época histórica cuando se creaba y reproducían ritmos en aparatos análogos, entonces uno tenía que "prender" el tocadiscos para oírlo (ahora no, ahora sólo das click o rozas un botón, a lo mucho se prende la computadora o el iPhone).

En Random Access Memories también hay canciones que están demasiado relajadas y tengo que dar skip cuando lo escucho para salir a correr (o empezar la party), como es el caso de Doing it Right; pero otras, como Motherboard (bellísima) son progresivas y pasan del relax al delirio futurista-setentero. Beyond es otra de las calmadas, pero aplica lo del futurismo-setentero para recordar los jingles de National Geographic o de aquél programa de televisión de Carl Sagan: sonidos que simbolizaron el progreso, el futuro.

Ésa idea del futuro se oye en la canción Giorgio by Moroder (otra de las progresivas que va del funk suave al rock pesado). Giorgio Moroder fue un músico que introdujo muchos de los sonidos electrónicos a la música disco: el track comienza con su voz explicando que en 1969 y 1970, él quiso encontrar la música del futuro, por lo que creó sin darse cuenta los sonidos que influeyeron a toda la electrónica posterior. Daft Punk retoma esta influencia y le hace honores. Más o menos por esta línea "tributaria" está Fragments of Time, canción alegresilla con ritmo soul setentero.

La letra de Touch es casi un poema, y su relación con lo literario radica meramente en lo "cursi" de la canción (kitsch), porque la rola comienza con sonidos espaciales, tétricos y después desconcierta al lanzarnos una voz de adulto (¿anciano?) cantando una canción de pop setentero, la cual acaba deconstruyéndose en un primitivo Electronic Dance Music, al puro estilo de Donna Summer (con quien Giorgo trabajó ampliamente).

Las preferidas de los escuchas son Get Lucky y Lose Yourself to Dance, en ambas tienen por vocalista invitado a Pharrel, famoso cantante de la banda hip-hop Gym Class Heros. La primera vez que le puse atención a la letra de Get Lucky, pensé que ese podría ser el himno de mi generación: habla de quedarse despierto toda la noche, alcoholizándose, enamorándose, divirtiéndose. Aunque en realidad estas dos canciones (yo digo) son la conexión que hace Daft Punk entre la cultura disco de los setentas y nuestra generación (de los noventas a nuestros días), al menos de aquello que fuimos a fiestas raves, frecuentamos clubes y sudamos toda la noche al ritmo del DJ, yéndonos de after para seguir bailando y "con suerte" ("luckly") terminar acompañados en la madrugada: "she's up all night 'til the sun / I'm up all night to get some / She's up all night for good fun / I'm up all night to get lucky" ("ella se queda toda la noche hasta el sol / yo me quedo toda la noche para obtener un poco / ella se queda toda la noche por buena diversión / yo me quedo toda la noche para estar suertudo").

La última canción, Contact, tiene un sampleo (el único en el disco) de la pieza We Ride Tonight de la banda de rock The Sherbs, cerrando así la exploración de ritmos de los 70s y su reinterpretación, haciendo un homenaje a la serie de personajes que influyeron esta música y a los propios Daft Punk.

Las colaboraciones de otras bandas y músicos de diversos géneros y generaciones, hacen que este disco sea más humano que sus anteriores (definitivamente más que Human After All), lo que me sacó de onda, al menos a mí que soy fanática de sus cascos espaciales (¿cómo dos cascos pueden ser tan putamente sexies?).

El disco logra sorprender porque aún conservan su esencia, su tendencia a la satirización, lo lúdico y la remembranza de sus maestros. Entre varios amigos que tenemos diferentes gustos musicales, a todos nos gusta Daft Punk. Recuerdo cuando yo andaba metida en el ambiente industrial, nos conquistaron con sus temáticas cyborg, los metaleros son fans del soundtrack de Tron, los raverosos se volvieron locos con Human After All, a los houseros les entona desde el Homework y los más fresas los descubrieron con el lanzamiento de Discovery. Pero en general, todos sus discos tienen algo que envuelve y gusta a todo tipo de oyentes.

Random Access Memories es definitivamente un acceso a memorias del pasado que son totalmente azarosas, pero cobran sentido al realzar la ironía de lo pop, lo que fue y que ya no es, sin perder su encanto, al menos no para quienes hemos disfrutado de la música electrónica a través de las décadas de su existencia, sin tener que ver con lo generacional, pues, por ejemplo, yo no viví esos tiempos y sin embargo me alcanzaron (vi las series "Cosmos" de Carl Sagan, bailé Gloria Gaynor en la secundaria, escuché a mis tías cantar ABBA), así como Daft Punk va a alcanzar a las generaciones por venir, de eso podemos estar seguros.


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